(Ensayo sobre el trabajo final de la asignatura)
Después de pensar en varias
posibilidades decidimos centrarnos en la sanidad. Creíamos que sería un tema
interesante a tratar. Yo me encargue de uno de los temas más actuales, como es
lo que conocemos como “privatización de la sanidad”, algo que constantemente
vemos en los telediarios y manifestaciones de la famosa “marea blanca”.
He aprendido muchas cosas que
desconocía. Me he dado cuenta de errores muy comunes que cometemos los
ciudadanos, como es el hecho de opinar y
manifestarse por un tema que en realidad muchas personas desconocen.
En España, por nuestra cultura,
escuchamos privatización y nos echamos las manos a la cabeza, rechazándolo
totalmente y viéndolo cómo un niño “al monstruo de debajo de su cama”. Esto es
algo parecido a lo que les pasa a los ciudadanos norteamericanos con la palabra
“socialismo”. No ven muy común pagar con sus impuestos el tratamiento que otra
persona necesita. Esto se debe a su individualismo, donde solo ven lo de ellos
mismos, ellos pagaran el tratamiento que necesiten, nada más. Todo lo que
signifique control por parte del Estado, o que les digan lo que tienen que
hacer, lo rechazan, les resta libertad. No me toques mi derecho a las armas… yo
me pago lo mío… yo, yo y YO. Algo que me da pie a pensar que nos encontramos
ante una gran falta de humanismo, aunque tampoco lo diré muy alto, por que los
españoles no nos quedamos atrás en mirar solo por lo de cada uno.
Volviendo a el caso de nuestro
país, estudiando cómo ha sido el proceso por el que se ha ido privatizando la
gestión de hospitales públicos, hasta que no nos afecta directamente no
queremos darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor. Porque, ya en el
año 1997 se empezó con la privatización de la gestión del primer hospital en
España, en concreto en Valencia, y casi nadie se mostraba en desacuerdo. Han tenido
que pasar 17 años y una crisis económica que ha dejado un 27% de paro, un
desahucio cada 15 minutos y donde un 21,6% de la población vive por debajo del
umbral de pobreza; para darnos cuenta de que algo está pasando. Cuando el
personal sanitario vio peligrar sus puestos de trabajo, entonces sí han salido
a la calle; cuando hace unos años ya se privatizó la gestión de los hospitales a excepción del personal sanitario, nada escuchábamos de “marea blanca” ni “la
sanidad no se vende, se defiende”.
Por otro lado los políticos han
aprovechado para introducir estos cambios con el pretexto de los recortes y la
crisis. Porque, después de todo, nada demuestra que la gestión privada lleve a
un ahorro para la administración. Más bien podría ser al revés, ya que la
administración va a tener que estar pagando el alquiler de dichos hospitales
hasta, por lo menos, durante 30 años. Y la realidad es que las empresas que
invierten en sanidad van a buscar un beneficio.
Lo que debemos pensar es si se está dejando en las manos adecuadas la
gestión de estos hospitales y que hay detrás de todas estas nuevas gestiones. Aunque
no importa si la gestión de la sanidad sea a cargo de una empresa privada o
pública, sino que de verdad se haga de la forma más eficaz posible,
contribuyendo a una sanidad de calidad y accesible para todos. Solo habrá que
esperar para poder encontrar el resultado de estos cambios en la sanidad pública
española.
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